Este es un proceso que continúa a lo largo de varios años y que va ocasionando la muerte y desaparición gradual de los linfocitos CD4. Al principio no hay síntomas, pero a medida que la cuenta de linfocitos disminuye, el organismo pierde la capacidad de defenderse contra una serie de enfermedades. Entonces aparecen algunos síntomas (baja de peso, diarrea, fiebre, candidiasis, ganglios aumentados de volumen).

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